Karen Figueroa Quirós
(Foto: Getty Images)
La situación actual, ocasionada por la pandemia debido al Covid-19, ha traído consigo una serie de problemas no solo sociales, sino también económicos, que pusieron en declive la situación del país. Si a esto le agregamos una serie de gastos económicos altísimos realizados desde la Casa de Nariño, el aumento del desempleo y la informalidad laboral, tenemos como resultado una economía nacional que está atravesando uno de sus peores momentos, donde la cereza del pastel es un gobierno que quiere imponer, a como dé lugar, una Reforma Tributaria.
Esta reforma afecta directamente a la clase media y baja del país porque pretende aumentar el IVA de gran parte de los productos básicos de la canasta familiar; también, generar el recorte de inversión en salud y educación e implementar la declaración de renta a las personas que tengan ingresos superiores o iguales a $2'000.000 de pesos. Estos son unos de los aspectos más relevantes de la nueva Reforma Tributaria y, cabe mencionar, la tercera reforma en el gobierno Duque.
Es así que, para comprender un poco más el impacto de esta reforma, debemos revisar las cifras de desempleo presentadas durante la cuarentena del año pasado, así como lo proporcional que ha sido el aumento de la informalidad, esto debido a que muchos colombianos tuvieron que salir “al rebusque” para poder sobrevivir en medio del confinamiento. Cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), confirman que durante el mes de mayo del 2020 el desempleo en Colombia aumentó 10,9 puntos porcentuales, en comparación al mismo mes del año anterior. En temas de informalidad, el panorama no mejora mucho ya que el DANE compartió un análisis de esta situación, presentada entre los meses de septiembre a noviembre del año 2020, donde en las 13 ciudades y las áreas metropolitanas la informalidad fue de 47.7%. De esta manera, se puede inferir, que aproximadamente el 50% de la población se vio en la necesidad de salir a buscar los recursos económicos para poder responder a sus obligaciones diarias como pagos de servicios, arriendo, alimentación entre otras, ya que no se podían quedar esperando en las ayudas del gobierno.
Ante la situación que está viviendo el país frente a temas como el desempleo y la informalidad, podemos continuar analizando el impacto que va a tener la implementación de una Reforma Tributaria, en medio de una de las peores crisis sanitarias y económicas. Cabe señalar que el salario mínimo no tuvo un aumento considerable y las oportunidades laborales no están en su mejor momento, implementar el 19% de IVA a productos de la canasta básica familiar como el arroz, la papa y el pollo, es poner al colombiano que sobrevive con un salario mínimo a decidir y restringir sus compras porque el dinero no le alcanza, y el almuerzo del “desvare”, compuesto de arroz, papas y un huevo frito, ahora tiene IVA y si alcanza para la papa no alcanza para el huevo.
Lo contradictorio, en este caso, es que nos dicen que no hay recursos para seguir realizando la devolución del IVA a las familias más vulnerables y por esto mismo se debe implementar una reforma que permitirá que a más hogares lleguen mensualmente esos $50.000 pesos, que a mi juicio, con el alza en los precios que van a tener los productos básicos del mercado, va a alcanzar para comprar arroz, aceite, algún grano, cebolla, tomate y Frutiño para tomar. Si realmente estamos así de mal y necesitamos ingresos ¿por qué desmontaron los impuestos a las bebidas azucaradas y el tabaco?, ¿de dónde sale para invertir tanto dinero al ESMAD?, ¿dónde están los 29.7 billones que estaban en el FOME que eran recursos para afrontar las consecuencias de la pandemia?. Lo en conclusión nos dice esta Reforma Tributaria es que recursos económicos para la guerra si hay; que hay que evitar que las grandes empresas presentes en Colombia paguen los impuestos adecuados y para compensar ese hueco económico pongamos a los trabajadores a declarar renta.
La declaración de renta, es otro aspecto de esta reforma, la cual se haría a partir de 2022 para las personas que tengan ingresos iguales o mayores a $2’400.000 pesos mensuales y en 2023 para quienes acumulen ingresos mensuales de $1’200.000 pesos. Continuando con la infamia de esta reforma, tengamos en cuenta que los servicios públicos como el agua y la energía también tendrán IVA y se verá reflejado en los recibos de pago de las personas que vivan en los estratos 4, 5 y 6. Para completar, volverán las inefectivas, pero carísimas, fumigaciones con glifosato, sin importar lo perjudicial que es para las personas, la flora y la fauna. Aunque esto parece una historia fantástica es lo que desde el gobierno Duque están impulsando, teniendo en cuenta que ha quedado en evidencia la falta de conocimiento por parte del gabinete presidencial en cuanto a precios de productos de la canasta familiar, ya que según Carrasquilla, Ministro de Hacienda, una docena de huevos cuesta $1.800 pesos, cuando en la realidad en la tienda de barrio la unidad cuesta $400 pesos.
Es bueno cuestionarnos ¿con qué fin una persona que gana $19´214.198 pesos, que no conoce el valor de un huevo, viene a proponer una reforma tributaria como la salvadora de la economía y apoyo a la población vulnerable? Queda claro que el incremento en precios de los alimentos, de los servicios públicos; el desfalco en publicidad para mejorar la imagen del Presidente en un programa de televisión; la inversión en la guerra y la protección del sector privado, en estas acciones Duque tenía razón: esta era una economía naranja, por supuesto ya que ¡nos tienen exprimidos!
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