Rielley Duckworth
Naciones en todo el mundo han cerrado sus puertas a viajeros de países en el sur de África tras la propagación de una nueva variante del coronavirus.
La variante B.1.1.529 se detectó por primera vez en Sudáfrica el 9 de noviembre. Desde entonces, según la Organización Mundial de la Salud, ha aparecido en casi todas las provincias del país. Mientras tanto, más casos se han manifestado en Botswana, Bélgica, Hong Kong, Israel y el Reino Unido.
El viernes, la OMS oficialmente confirmó a B.1.1.529 como una “variante de preocupación” con la nueva designación “Ómicron”. Esta decisión, según un resumen publicado en el sitio web de la organización, se tomó por causa de la multitud de mutaciones que tiene la variante, así como evidencia preliminar que “sugiere un mayor riesgo de reinfección”. Además, la detección de un marcador posible indica que “esta variante podría tener una ventaja de crecimiento”.
No pasó mucho tiempo para que los gobiernos de varios países se manifestaran ante la situación prohibiendo los vuelos directos desde Sudáfrica y sus vecinos. Aunque la OMS y otras autoridades médicas habían advertido contra tales medidas por motivo de que aún no se sabía lo suficiente sobre la variante y sus efectos, líderes gubernamentales expresaron rápidamente sus justificaciones por las prohibiciones.
“Sabemos que las mutaciones podrían llevar a la emergencia de variantes más preocupantes del virus, que podrían expandirse en todo el mundo en unos meses,” dijo Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea y agregó: “Es importante que todos en Europa actuemos rápidamente, decididamente y unidos".
En los Estados Unidos, el presidente Joe Biden anunció las prohibiciones en una declaración oficial en la que se refirió a la situación actual para destacar la importancia de las vacunaciones en la lucha contra el Covid-19. “La noticia sobre esta nueva variante debe dejar más claro que nunca por que esta pandemia no terminará hasta que tengamos las vacunaciones globales,” dijo el mandatario estadounidense.
Por su parte, las autoridades sudafricanas se opusieron a las medidas restrictivas. En una rueda de prensa, el ministro de salud Joe Phaahla las calificó de “injustificadas” y “una reacción visceral”. La ministra de exterior Naledi Pandor expresó también inquietud por los posibles efectos sobre la economía del país. “Nuestra preocupación es el daño que esta decisión causará a las industrias turísticas y negocios de los dos países”, declaró la ministra tras el anuncio de prohibiciones por el gobierno del Reino Unido.
El impacto económico de las noticias de la variante y las restricciones fue rápido y doloroso. Los mercados cayeron considerablemente, dando por resultado el peor día para el índice de referencia de Wall Street desde febrero y gran incertidumbre en todos los sectores.
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