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The Closer: el final de la serie de stand-up de Dave Chappelle

Angie Cuao

"Dave Chappelle"by JiBs. is licensed under CC BY 2.0


“Dave Chappelle odia a las mujeres”, “Chappelle es transfóbico”, eran algunas de las pocas cosas que había escuchado acerca del comediante, hasta hace tan solo un par de horas cuando decidí darle una oportunidad a The Closer el stand-up de Dave, estrenado en Netflix el 5 de octubre del 2021.


Con ese título se dio cierre a esta serie de stand-up del humorista estadounidense, en donde, y como él bien lo asegura, pretende “explicar todos los chistes que hizo en su pasado”, chistes que, con un sentido del humor muy negro, hicieron que muchas comunidades se sintieran atacadas, como los grupos de feministas, las personas transgénero y la comunidad LGBTIQ en general.


Es así que, a través de un discurso y un hilo conductor muy bien elaborados, el humorista se refiere, a modo de burla y sin ningún tipo de tacto o empatía, a temas sensibles como el COVID- 19 y la pederastia, siendo mencionados de forma retorcida. Eso solo en los primeros diez minutos del stand-up, más adelante alude temas en los que se enfrenta directamente con la comunidad trans, TERF Y LGBTIQ.


En medio de todo este discurso Dave trata de reivindicar los comentarios de personalidades como J.K Rowling y Kevin Hart, ambos “cancelados” por haber hecho comentarios que fueron interpretados como homofóbicos y transfóbicos; además de la alusión que hizo al rapero DaBaby, quien, según él, fue condenado por haber hecho comentarios homofóbicos pero no por haber matado a un hombre. Sin duda, Chappelle es un excelente orador y de alguna manera consigue involucrar cada uno de estos temas en medio de su rutina humorística pero con el contrapeso de unos chistes mediocres que destilan mucho odio.

Está claro que la comedia, sobre todo la que implica humor negro, tiene un público en particular y busca llegar a una audiencia en específico; es decir, si no fuera asi, después de tanta basura Dave no hubiera contado con un público tan amplio dentro de su programa, quienes no hicieron más que reír a carcajadas. Sin embargo, me resulta difícil de creer que una persona con una mente medianamente normal pueda reírse con chistes como en los que el comediante asegura haber sido violado por un miembro de la comunidad religiosa cuando era niño y no contento con esto dijo haberlo disfrutado. A mi parecer, este comentario fue más bien retorcido y perverso, carente de empatía con todos aquellos que han sufrido de este tipo de abuso, siendo completamente innecesario y, en mi apreciación, es suficiente para censurar a un hombre que usa su voz para decir este tipo de comentarios sin sentido como abrebocas de su monólogo. Otro ejemplo claro fue el chiste que realizó acerca del COVID- 19, cuando de forma sarcástica expresó haber pensado en todas las personas pudo haber matado al infectarlas con la enfermedad, esto después de que le hubieran informado que estaba contagiado.


Chappelle, quien ya había recibido muchas críticas antes por sus referencias a la comunidad LGBTIQ, volvió a arremeter contra los miembros de esta “tribu” asegurando, de forma no tan desacertada, que en Estados Unidos “es peor herir los sentimientos de un gay que matar a un hombre en Walmart”, como lo hizo DaBaby; quizá no está tan equivocado ya que vivimos en una sociedad que le ha dado más importancia a algunos temas que a otros, quitándole visibilidad a asuntos de especial interés por otros que, aunque igual de importantes, no deberían ser prioridad.


Sobre este asunto, y desde un punto de vista completamente resentido, Dave dijo sentir celos por todo lo que la comunidad LGBTIQ ha logrado a lo largo de los últimos tiempos. Prosigue citando una situación hipotética en la que pone a Martin Luther King pidiéndole a sus seguidores que suban en carrozas con brillantes, creo que no hay que ser un genio para saber a lo que esto se refiere.


Es en este punto en específico del stand-up en el que es fácil llegar a una conclusión que podría explicar, pero no justificar, la palabrería del hombre: Dave Chappelle es un hombre negro, amargado con el sistema.


Es fácil entender, por todo lo dicho anteriormente, las razones por las que se le tilda de transfóbico, pero ahora veamos, ¿qué hace que las personas piensen que odia a las mujeres?, una pregunta que él mismo se realizó durante el programa.


A pesar de señalarse a sí mismo como “feminista”, Dave hace chistes sobre explotación sexual, matar a una mujer e incluso fundar un bar de strippers de mujeres hippies con (y quiero hacer énfasis en esta explicación detallada) “tetas largas y vaginas aplastadas” y por si fuera poco dice, de una manera que solo demuestra su misoginia, que las feministas solo necesitan un líder masculino y que él está dispuesto a hacer el trabajo si las feministas a cambio “le chupan el pene”. ¿Qué demonios, Dave? ¿En serio este imbécil piensa que esa es la única cosa que podemos hacer las mujeres?


Dave también hace mención especial a #MeToo, nombre del movimiento iniciado por actrices y activistas para denunciar el acoso y la agresión sexual, esto después de que se hicieran publicas las denuncias de acoso en contra del ex productor estadounidense Harvey Weinstein. Es en este momento en el que Chappelle se llena la boca asegurando que él podría haber liderado mejor a las mujeres, a quienes antes catalogó de “jodidamente exasperantes”, para luchar en contra del sistema, como lo hizo cuando renunció a su programa Chappelle’s Show rechazando una oferta de $50 millones. Esto no solo me resulta una afirmación de doble moral sino una completa falta de respeto ya que observamos por un lado a un hombre que con sus palabras agrede a las mujeres y por el otro diga que él podría haber luchado mejor por ellas. Cabe señalar que, definitivamente #MeToo fue para muchos otro de esos movimientos que se basaron y redujeron a una tendencia en redes sociales, pero en este caso creo que Dave Chappelle no es ni de lejos, el más indicado para hablar al respecto.


Después de haber escuchado al humorista con sus chistes básicos, innecesarios y patéticos, prosigue con la historia de Daphne, una mujer trans a la que consideraba como amiga después de haberla llamado “mala comediante” y haber pasado con ella unas cuantas horas. Luego, relata la forma en que ella lo defendió en Twitter y cómo la comunidad trans la atacó por esto. La historia de Daphne no tiene un final feliz y quizá estos son los únicos minutos del stand-up en el que se le ve un poco de humanidad a Chappelle. Daphne se suicidó poco después de haber compartido escenario con Dave y entonces, de una forma vergonzosa, el comediante cual pavorreal saca pecho y se alaba a sí mismo por haber hecho por ella, lo que según él, la comunidad trans no hizo.


La cereza del pastel llega con el cierre del show, cuando Chappelle pide empatía, ¡Sí, después de haberse burlado de medio mundo! Esto a mi modo de ver es lo más ridículo que pudo haber hecho. «Amigo, te estás burlando de la pederastia, el COVID-19, la comunidad LGBTIQ y las mujeres, no se pide empatía cuando ganas dinero de toda la porquería que dices. ¿Tu humor es negro? Bien por ti y por los que te escuchan, pero no te conviertas en un hipócrita más de los que, por cierto, ya te habías burlado».


En fin, esta es solo la opinión de otra mujer nacida en la generación de cristal, que no cree en extremos y que definitivamente, luego de ver el stand-up, no encaja dentro del público objetivo de Dave Chappelle.


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